Como enemigo de mi propia sombra
amigo de desdichas
y amante de la mala suerte
llevé mi alma al país de la realidad
para que fuese arrastrada por tu indiferencia
y halagada por dulces lisonjas
abrí mi pecho a tus fauces,
cada vez tengo menos fuerzas
y absurdamente mantengo la fe
de que alguna vez me llegaste a querer.
© Ike
No hay comentarios:
Publicar un comentario