miércoles, 4 de agosto de 2010

Cuento de la noche de San Juan

Cosida a nuestra piel
inmune a las tentaciones
nos acompaña al alba
y ahora que cae la noche
apenas la distingo;
en las fases de luna nueva
desaparece como una amante furtiva
regresando a mi tan negra con cada mañana,
sombras mudas, sutiles y cambiantes.
Engorda la Luna tan blanca
presiento de que negrura se alimenta
pero una noche el esquivo astro
comienza a menguar,
la imagino en una danza de luces y sombras
con la marea como testigo,
profunda e impotente
por no poder cubrirla con sus olas
¿estará celosa la mar?
y alza sus aguas furiosa
tratando de no dejarla escapar
porque su amada baila de nuevo
abrazada con otro en la oscuridad.

©Ike

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