jueves, 4 de octubre de 2012

Amor de carretera


Aquella niña del carrusel
esa que subía y bajaba
a los lomos de un inmóvil corcel
se sube y se baja sus medias rotas
a las luces rojas de un innombrable burdel,
aquel niño del balón de mil parches
ese que corría sin descanso
entre adoquines y rodillas descarnadas
se sube y se baja siempre en el kilómetro cien
a las luces rojas de un innombrable burdel,
se ven, se miran y sueñan con príncipes y reinas
con unos besos eternos sin versos
en habitaciones con olor a zotal,
son amores atemporales y con despertador
que siempre parecen durar más que los demás.
Ayer fue miércoles de fin de mes
Y la niña del carrusel
esperó, esperó y esperó
mañana en la prensa alguien titulará
“Accidente mortal en el kilómetro 96”
hablarán de la muerte de un conductor de camión
y nunca del corazón roto de alguien que no se cansó de esperar. 

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