martes, 4 de enero de 2011

Mil palabras, Mil nombres, Una historia

Maestra en leer arrugas de los rostros
experta en dolores ajenos,
no tenía quien cuidase de sus manos
ni que leyese en los surcos de su cara,
maestra en beber en lágrimas ajenas
experta de boca sin letras
que a fuerza de llorar por una mentira piadosa
confundió sus mil nombres
maestra en escuchar historias
experta en pensarse prescindible,
en un amanecer de reproches y puñales
parecieron dejarla en la cuneta de la vida
al depilarla al calor de una cruel hoguera
sin que notasen que abrigan más lo abrazos
que dolor de los latigazos de las palabras,
maestra sin manzana
experta de mirada clara.

©Ike/Paula

Archivo del blog