viernes, 28 de marzo de 2014

Una vez y otra vez

Oculta en la sombra de una piel cada vez más yerma
una depresión postcoito
se alimenta de los temores y las canas,
todo lo que parecía firme en la confianza
se derrumba ante el primer embite,
una banda sonora sin botón de apagado
para la misma foto pero de otro cuento
porque el mañana es igual que el ayer
en la emisora que nunca cierra por vacaciones.
Sus húmedas olas me bañaron
y ahora ese tiempo pasado
lo veo perfecto y sin defecto,
la bondad pretérita atormenta
con la indulgencia que tiene la ceguera,
podría arrancarme las caricias
aunque ahora sean parte de mi piel
o frotarme los ojos con arena
porque un día la vi sonreír
y sin embargo sería igualmente infeliz,
ayer se escurrió entre mis dedos
cálida y suave como la miel
dulzor que en hiel no deseo convertir
cuando veo su espalda marchar escaleras abajo,
paso a paso sin girarse, sin volverse, sin dudar
y mezclado entre los miles de un andén
me convierto en uno del montón
con la ingenuidad como faro
recordando lo que no fue;
este tiempo efímero y fugaz
tan falso como el que sueño
tan irreal como el que deseo
no está en la lotería de mi mañana
por más décimos que compre,
la veo alejarse con mi sombra
porque no soy como los demás
porque los demás no son como yo,
si tenéis que buscarme
hacerlo entre los posos de las hojas de te,
en los gorriones que vuelan a su lado
o en los hojas secas de las flores de un cuarto de baño;
nunca en los pliegues de sus sábanas
o entre el aire que respira
no soy tan real ni tan tangible
aunque alguien crea que me vea.

© Ike

Nota: ¿De qué va esto? pretendía ser un ejercicio de reivindicación de lo invisible, de resaltar las miradas de los que miran a lo lejos, de decir a los cobardes que les entiendo porque a veces un poquito de algo es mejor que un muchito de nada; por cierto, no guarda cronología con anteriores publicaciones, esta lleva sus tres buenas semanas en el "congelador".

Archivo del blog