miércoles, 18 de agosto de 2010

De cómo se escapo un ángel del cielo para no volver jamás

I



Historia de un cielo encalado
ángeles, ninfas y dioses
exceso y abundancia todo mal calculado
ignorante de las sombras de mirada turbia;
un alma al menos no ha encajado
dudas y más dudas en el nirvana
lo que antaño fue paz hoy torna a un caos pausado
con los ojos abierto y repleto de hambre
cierra la puerta al edén sin arrebatos
pero con dos ojos clavados en su espalda.



II



Caminando entre desiguales y repudiados
paladeó el hedor de la impotencia
desangrándose entre ventanillas de refugiados
y con aquellos ojos sin sombra respirando a su espalda,
sus mugrientas manos, antes de blanco inmaculado
acarician esquinas buscando calor
amparándose en vapores etílicos
o en abrazos y camas de alquiler,
huye de profetas que anuncian un Salvador
con la desesperación por compañera,
el infierno le está aguardando
sin saber que es la misma pared del edén
tan sólo que vista del otro lado.



III



Su piel  cuarteada
deja pasar su incomprensión
por las mil veces que ha llorado:
los buenos por pensarse santos,
los malos por saberse amos
y el mundo gira igual de ingrato
a pesar de las caricias y abrazos
de todos los seres condenados a la hoguera.



IV



Su memoria frágil de corto recorrido
no sacia a sus mil años quizás cumplidos,
la balanza sigue inclinada del otro lado
en cada alumbramiento
su fe renace,
una vida, otra oportunidad
y creer en el hombre
ya no le parece una batalla perdida;
caminando entre basuras
un niño le regala una flor
con sus píes rodeados de barro
y desde los plásticos sucios
los dos ojos bendicen las dos sonrisas,
parabienes que no cotizan en bolsa
y que tampoco llenan la tripa.



V



El ser humano se muere
porque reza a dioses ingratos
pagando peajes a avaros corazones,
Dios nace en una chabola
y muere en la de enfrente,
así lo atestiguó un evadido
que no quiere la felicidad de bote.



©Ike

martes, 17 de agosto de 2010

Tránsito a alguna parte

Palabras sordas
versos átonos
despedidas de estación,
sueños y lágrimas
trenes saliendo con decisión;
subimos y bajamos
a golpe de megafonía
arriba todo queda atrás
hasta la próxima estación
hoy, viajo con billete
y con una maleta vacía.

©Ike

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