viernes, 20 de febrero de 2015

Pequeñas muertes, nuevas resurreciones

Ella secuestró mi boca
en un eterno juego de seducción,
instantes aderezados de besos y pasiones
acompasando las respiraciones
en la búsqueda de la pequeña muerte,
dedos crispados, labios húmedos y hambrientos
y sábanas mudas de tan tórrido combate;
ella folló mi alma
en un eterno juego de rendición,
instantes sazonados de caricias y miradas
en la búsqueda de una nueva resurrección.
 
 
© Ike

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