jueves, 17 de mayo de 2012

Soliloquio

Metidos entre los muslos de la desesperación
nos rodean con la desidia viscosa de la uniformidad,
los placeres mundanos virtuales ciegan nuestros sentidos
mientras baba caliente de nuestros labios cae hasta el corazón,
las luces estroboscópicas saturan nuestros apetitos
pero nos dejan en los huesos, empachándonos de conformismo
en un puerto hacia ninguna parte
un lugar al que cada vez llevan más involuntarios
y los que quieren salir, no saben como levantarse,
sotanas salpicadas del vicio de la santidad
corean los goles de los que saquean nuestros bolsillos
caldeando el infierno al que nos condenan,
un averno que rara vez ellos pisan.

©Ike

Tengo a las musas de vacaciones y he aprovechado que me ha salido de corrido después de oir a nuestros dirigentes y a la conferencia episcopal, espero que no os haga vomitar.

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