lunes, 18 de octubre de 2010

Fuego en el jardín

Son montones de hojas secas
rastrilladas en un jardín de árboles imposibles,
seres sin corteza ni raíces
proporcionando la sombra a los sueños
que nunca nacerán.
El jardinero acerca la tea ardiente
y las protectoras al sol abrasador
desprenden humo cegando los ojos
a las miradas indiscretas.
Suben las volutas
y con ellas,
deseos volátiles
de peso efímero
y caducidad sin imprimir.

©Ike

14 comentarios:

pepa mas gisbert dijo...

Un bosque sin hojas para sueños que no existen.

Ángel Iván dijo...

De ponerle título creo que me quedaría con tus palabras Alma, por lo menos refleja algo de lo que he escrito, jeje.
Abrazotes.

Anónimo dijo...

veo las volutas, el fuego y el humo....y me quedo pampa, como siempre que observo y pienso en lo efímero de esta la vida

Bsos cielo

pasaxeira

Ángel Iván dijo...

Querida Pasaxeira, siempre que leo el adjetivo efímero me acuerdo de las palabras de Aquiles al niño, si brillar de forma muy brillante un instante o hacerlo muy poquito e imperceptible a lo largo de una vida, bueno que me pierdo.
Esta locura sin rima tiene mucho que ver con cierta canción que le gusta a mi madre de Pasión Vega que habla de dónde van los besos que no se dan y acordándome y de como tuve que dejar mi mal presagio en Tokio (estaba escrito en inglés y japonés y tan malo era, que no me lo quise traer de recuerdo) pues me inspiró para este "chorreo" de letras.
Besotes "mu juertes"

nuiT.•* dijo...

Muy otoñal para mi ya entrada primavera!
Pero cómo me gusta el otoño y todo su matiz poético!!!
Me gustó :)

Un fuerte abrazo!!

Ángel Iván dijo...

Ya que me dices que te encanta el otoño Nuit, te he buscado un sitio muy especial que hay en la comunidad de Madrid:
http://www.montejodelasierra.net/hayedo.php?area=21
un lugar con una protección medioambiental altísima y una belleza impresionante al que se debe pedir cita para visitarlo (piensa que yo soy urbanita y sólo veo árboles en fotos), presisamente ahora es mu momento más bello, con esa sinfonía de colores que tanto te gustaría, ahh, se llama hayedo de Montejo y es el hayedo más meriodional de toda Europa.
Besotes otoñales a cambio de esos primaverales, buen fin de semana.

cris (tales) dijo...

Que al final...la vida es sueño!

Me conmueven tus hojas trasparentes de color ocre.
Mis afectuosos saludos.

Ángel Iván dijo...

Hablando de la vida es sueño, ¿has oido la cuña de la radio de La Vida es Sueño del cento dramático nacional?, a mi me causa pena escuchar a Segismundo en su monólogo cuando debería ser una queja o una reclamación.
Saludetes, agradezco que te gusten esos colores ocres cuando a mi me gustan tanto los colores vivos.

panterablanca dijo...

Qué bonito escribes. Me ha gustado pasar por tu casa y encontrar tus letras.
Besos felinos.

Ángel Iván dijo...

Gracias Pantera, siéntete en tu casa por favor.
Mis letras son fruto de desvaríos sin rima que no tienen ninguna finalidad oculta o extraña, celebro que te gusten, me gustaría que mi espacio tuviese otro formato, pero soy incapaz de darle la forma que busco.
Besotes y hermosa noche.

Marisa dijo...

Las hojas secas no necesitan raíces en el jardín, son dueñas de alas de sueños que el viento mece y desordena.Hasta consumidas en el fuego, las volutas de esos sueños siguen volando.
Preciosa tu composición.
Encantada de haber encontrado tu blog, me hago un huequecito con tu permiso.
Saludos.

Ángel Iván dijo...

Siéntete en tu casa Marisa, está permitido hasta poner los pies en la mesa del salón, jeje.
Lo que me dices me recuerda mucho a la escena de las hojas volando de American Beauty, la escena final de la película y que me pareció fascinante.
Saludos y bienvenida a este rincón.

E.Ofthecloud dijo...

Este poema, aunque otoñal, podría haberse escrito cualquier noche de San Juan, tiene magía y da calor, a pesar de su melancolía...
me encantó.

besos purificados

Ángel Iván dijo...

Te he echado de menos Eva, me alegro de verte otra vez a la brega.
Este poema como apuntaba se debe a esos malos augurios que se atan en las ramas de un árbol para que al quemarse se alejen de nosotros, pues que todos tus malos augurios se marchen como en la noche de San Juan achicharrados por la hoguera purificadora.
Un enorme y fuerte beso con abrazo de oso.

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